LA TRISTEZA EN LOS RIOS DE BABILONIA
Predicador: Pastor Antonely Rodas
Lugar: Iglesia Genesaret
Lugar: Iglesia Genesaret
Fecha 27-02-09
Salmo 137:1-4 LBLA Junto a los ríos de Babilonia, nos sentábamos y llorábamos, al acordarnos de Sion. (2) Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas. (3) Pues allí los que nos habían llevado cautivos nos pedían canciones, y los que nos atormentaban nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos alguno de los cánticos de Sion. (4) ¿Cómo cantaremos la canción del SEÑOR en tierra extraña?
Su autor fue el rey David. Fue escrito unos cuatro siglos antes de la destrucción de Jerusalén y del Templo.Esto fue posible ya que el rey David fue inspirado por el Espíritu Santo para que proféticamente recibiera una visión de lo que sucedería en el futuro, por la desobediencia del pueblo escogido.
Este Salmo relata la tristeza y el llanto de los israelitas cautivos en Babilonia, esta generación estaba en una situación difícil, en medio del Reino más importante de esa época, una economía prospera que se reflejaba en su infraestructura y uno de sus mayores logros eran los jardines colgantes orgullo de su rey Nabucodonosor, una de las siete maravillas del mundo antiguo.
¿Por qué el Pueblo se acordaría de Sion?
Sion se refiere al monte en donde estaba asentado el templo y era el testimonio de la ciudad de Dios la presencia de Él en medio del pueblo.
SAUCE: El vocablo hebreo se refiere a rehén, empeñada
COLGAR: El vocablo hebreo original implica suspender, ahorcar
COLGAR LAS ARPAS EN EL SAUCE: Es empeñar ahorcar la alabanza a consecuencia de la desobediencia.
Cuando vemos esta figura debemos de preocuparnos por nuestras generaciones venideras, porque si no los instruimos convenientemente como dice la escritura hoy pueden oír de las maravillas de Dios, de lo que ha hecho en nosotros, pero que les ha de acontecer a ellos si no obedecen los principios de Dios y se extravían de la verdad y caen cautivos, ¿se empeñara se ahorcara la alabanza de los adoradores?
Quienes pedían alabanza los cautivos o los babilonios, los opresores si ellos eran los que pedían alabanza a Jehová para mofarse de ellos y del Dios grande y poderoso.
Lamentos tardíos, y hoy nos habla el Señor para que tal cosa no acontezca en nuestras generaciones, es tiempo de preparación como ministros competentes. Que el Espíritu Santo nos ayude.
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