JESÚS EL PAN DE VIDA
IGLESIA CRISTIANA GENESARET
Dr. KENETH RENATO ANLEU ORTEGA
Juan 6:35
Jesús les dijo: Yo soy
el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí
nunca tendrá sed.
INTRODUCCIÓN
Antes de que Dios me aceptara como hijo,
antes de que yo decidiera aceptar la ofrenda de reconciliación que Dios me
ofreció en Cristo Jesús, había algo dentro de mí que no estaba saciado; tenía
techo, tenía alimento, tenía estudios, tenía futuro, tenía lo que podía
necesitar, pero algo me hacía falta, tenía hambre de algo nuevo que no tenía en
mi vida, aunque yo no sabía que era, y esa hambre “de algo” que yo tenía, un
día desapareció, cuando Cristo Jesús entró a mi corazón; entonces entendí: yo
tenía hambre de Dios, pero no lo sabía, aunque yo iba a la iglesia tradicional no
quedaba satisfecho, no me bastaba el conocimiento de Dios, necesitaba algo
diferente, y eso lo encontré solo cuando Jesús entró a mi vida.
I.
JESÚS EL PAN DE VIDA
Juan 6:48 – 51
48Yo soy el pan de la vida.49Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.
50Este es
el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él, no muera.51Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come
de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo también daré por la vida del
mundo es mi carne.
Juan 6:58
Este es el pan que descendió del cielo;
no como el que vuestros padres comieron, y murieron; el que come este pan
vivirá para siempre.
Cuando
Jesús habló con los judíos de su época les reveló que él es el pan de vida,
pero no cualquier pan, el hombre puede comer cualquier alimento y por muy
nutritivo que éste sea algún día muere, pero Jesús les advirtió el que come de
mi pan vivirá siempre. Los judíos se preguntaban “¿Cómo puede esto ser cierto? Todos mueren algún día, aunque coman pan
todos los días, aún nuestros padres comieron pan que cayó del cielo, comieron
el maná y también murieron”.
Por eso
Jesús les hace la aclaración: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo,
vuestros padres comieron maná y murieron”, pero ese maná en realidad solo era
una sombra, una figura, del verdadero maná, es decir, Cristo. Cristo es el
verdadero maná que descendió del cielo, y hay grandes diferencias entre el maná
del desierto, y el pan vivo que descendió del cielo.
DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS
ENTRE EL MANÁ Y EL PAN VIVO QUE DESCENDIÓ DEL CIELO.
Éxodo 16:4
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí, haré
llover pan del cielo para vosotros; y el pueblo saldrá y recogerá diariamente
la porción de cada día, para ponerlos a prueba si andan o no en mi ley.
Al pueblo de Israel el pan que les
cayó del cielo era gratis, no tenían que trabajar por él, únicamente salir al
campamento a recoger su porción diaria de pan,
igualmente es con Cristo, es gratis, no tuvimos que pagar nada por el pan que
descendió del cielo, lo único que tenemos que hacer es recoger diariamente
nuestra porción. Si los israelitas no recogían maná, ese día no comían y
aguantaban hambre, se desnutrían, y si pasaban varios días así morían de
inanición, morían de hambre.
Así sucede con nosotros: si no recogemos
nuestra porción diaria aguantamos hambre.
¿Cuánto cristiano aguanta hambre hoy día,
solo porque no sale a recoger su porción de Cristo del día?
¿Cuánto cristiano hay desnutrido
espiritualmente porque no hace el esfuerzo por recoger su porción diaria de pan
del cielo?
¿Cuánto cristiano hay moribundo hoy día,
muriendo por desnutrición, porque no come el pan que descendió del cielo,
porque no come su porción diaria del evangelio?
Si vamos al contexto guatemalteco, hay
muchos niños y adultos que están enfermando severamente por desnutrición, y
otros muriendo por desnutrición; pero ellos porque no tienen qué comer, porque
no tienen los recursos económicos para comer; pero los cristianos desnutridos
no tienen ese pretexto, porque no tienen que comprar ese pan, lo tienen gratis,
pero no recogen su porción diaria.
Éxodo 16:3
Y los hijos de Israel les decían: Ojalá
hubiéramos muerto a manos del SEÑOR en la tierra de Egipto cuando nos
sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos;
pues nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta
multitud.
Números 11:4 – 6
4 Y el populacho que estaba entre ellos tenía
un deseo insaciable; y también los hijos de Israel volvieron a llorar, y
dijeron: ¿Quién nos dará carne para comer? 5 Nos
acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, de los pepinos, de los
melones, los puerros, las cebollas y los ajos; 6
pero ahora no tenemos apetito. Nada hay para nuestros ojos excepto este
maná.
Hoy día hay muchos cristianos parecidos a
esos israelitas, que no ven la salvación que Dios ha hecho con ellos, sino
ponen su mirada en las cosas que les saciaba su vientre, en las cosas que les
saciaba sus deseos, esos israelitas hasta dijeron que la comida en Egipto era
gratis, pero no se acordaban que no era gratis, porque eran esclavos, tenían
que trabajar, y trabajar duro por ella.
Aquél pueblo de Israel no tenía apetito,
no tenía hambre, el maná estaba allí a la puerta de su tienda, pero no lo
querían comer, ellos querían carne, y despreciaban el maná. Hoy es algo
similar, tenemos al pan de vida, el maná que del cielo descendió, pero muchos
hay despreciando a Cristo, y suspirando por aquello que les saciaba la carne.
Pero entre el maná del desierto, y el pan
vivo del cielo, hay una gran diferencia: los que comieron el maná del desierto
murieron, pero los que comen el pan vivo tendremos vida eterna.
Ninguno de los que eran adultos cuando
empezó a caer el maná sobrevivió el desierto, excepto Josué y Caleb, solo los
que eran niños cuando el maná empezó a caer sobrevivieron. Aquí hay una gran
lección: porque los que se quejaban eran aquellos que ya eran grandes, que
tenían memoria de Egipto, que habían probado los pescados, los melones, los
ajos, las cebollas de Egipto; los niños no se quejaron, el único alimento que
conocían era el maná, y para ellos el maná era delicioso, era la comida normal,
crecieron comiendo maná: desayuno, almuerzo y cena. Lo mismo sucede en el evangelio, los que se quejan son aquellos que
tienen mentalidad de viejo, que no se acoplan a la vida nueva, que siempre
están recordando lo que probaban en su Egipto, en el mundo, olvidando que el
pan que descendió del cielo es para darle vida.
Por eso, es necesario tener un corazón de
niño para poder comer el pan de vida sin razonarlo, sin rechazarlo. Por eso
Jesús dijo que el reino de los cielos es para los que son como niños. Cuando
como niños aprendemos a comer el pan de vida se convierte en nuestro pan
diario, en lo normal, en lo delicioso, en lo que nos hace falta. Así como para el guatemalteco normal
parte de su dieta diaria es el frijol y la tortilla, y se siente rico el
frijol, y hace falta el frijol en la mesa, así debería ser el pan de vida que
descendió del cielo para nuestra mesa espiritual.
III.
¿QUÉ ES ESTO?
Éxodo 16:15
Al verla,
los hijos de Israel se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto?, porque no sabían lo
que era. Y Moisés les dijo: Es el pan que el SEÑOR os da para comer.
Éxodo 16:31
Y la casa de Israel le puso el nombre de maná, y
era como la semilla del cilantro, blanco, y su sabor era como de hojuelas con
miel.
El
pueblo de Israel no conocía el alimento que Dios les había enviado, y por eso
le pusieron el nombre de maná, que significa ¿Qué es esto?Por eso el pueblo no
apreciaba el maná, porque no sabía que era, Dios les había dicho que era pan
que Él les haría llover del cielo, pero no lo entendieron, se lo comían, pero
no entendían que era comida sobrenatural. Así
es hoy día con mucho cristiano, que Cristo es su maná, porque no saben qué y
quién es, porque aún se preguntan ¿Qué es esto? Participan de la santa cena,
pero no están conscientes que están participando del pan vivo que descendió del
cielo, por eso no comen su porción diaria, no salen a recoger su porción
diaria, no leen su Biblia diariamente, porque no saben qué es la comida, qué es
el pan que le están ofreciendo, y lo desprecian porque se preguntan ¿Qué es
esto? Cuando el cristiano tenga revelación de quién y qué es el pan vivo que
descendió del cielo, entonces ya no rechazará ese pan, con gusto lo saldrá a
buscar diariamente, lo deseará, y le hará falta como nos hace falta el frijol.
IV.
LOS EXTREMOS
Éxodo 16:19 – 20
19 Y Moisés les dijo: Que nadie
deje nada para la mañana siguiente. 20Más
no obedecieron a Moisés, y algunos dejaron parte del maná para la mañana siguiente, pero crio gusanos y se pudrió; y
Moisés se enojó con ellos.
Éxodo 16:25 – 27
25 Y Moisés dijo: Comedlo hoy,
porque hoy es día de reposo para el SEÑOR; hoy no lo hallaréis en el campo. 26 Seis días lo recogeréis, pero el séptimo día,
día de reposo, no habrá nada. 27 Y
sucedió que el séptimo día, algunos del pueblo salieron a recoger, pero no
encontraron nada.
Los israelitas se caracterizaron por ser
un pueblo desobediente con Dios, Dios les dijo tomen su porción diaria, no
dejen nada para el día siguiente, excepto el sexto día si recogerán doble,
porque el séptimo día no caerá maná; y los israelitas no hicieron caso: unos
recogieron doble cuando no era el sexto día, y lo que recogieron de más se les
pudrió y crio gusanos, y al sexto día unos solo recogieron para un día y cuando
salieron al séptimo, no hubo para ellos.
Así sucede también con el cristiano,
algunos piensan que con comer de Cristo hoy ya tienen ración para varios días,
varios meses, o varios años, pero no es así. No porque ayer fuiste lleno del
Espíritu Santo, vas a estar lleno mucho tiempo o para siempre, diariamente hay
que buscar la llenura del Espíritu. No porque hoy echaste fuera demonios será
suficiente para mucho tiempo. No porque hace mucho tiempo sanaste un enfermo,
te saciará siempre. Hay mucho cristiano que vive de experiencias pasadas, pero
ya no tiene experiencias nuevas con Cristo hoy; y eso es un peligro, recordemos
las palabras de Jesús: Mateo
7:22 – 27 22Muchos me
dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu
nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?"23Y entonces les declararé: "Jamás os conocí; APARTAOS DE
MI, LOS QUE PRACTICAIS LA INIQUIDAD."24Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone
en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la
roca;25y cayó la
lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa;
pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.26Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en
práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la
arena;27y cayó la
lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y
cayó, y grande fue su destrucción.
Entonces, unos desperdician el pan
dejando que se pierda; y otros que tienen que aprovechar cuando Dios les envía
doble porción, no recogen la doble porción, sino que solamente agarran una
porción simple, y cuando necesitan del pan para el otro día pasan hambre porque
no recogieron doble. Dios sabe porque razón nos envía en ocasiones doble
porción, debemos ser dóciles, mansos y
humildes para recoger doble porción cuando Dios nos envíe esa bendición.
V.
LA RAZÓN DE LA RACIÓN DIARIA DE PAN.
Éxodo 16:35
Y los hijos de Israel comieron el maná cuarenta
años, hasta que llegaron a tierra habitada; el maná comieron hasta que llegaron
a los límites de la tierra de Canaán.
Deuteronomio 8:2 –
3
2 Y te acordarás de todo el
camino por donde el SEÑOR tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus
mandamientos. 3 Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te
alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo
vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del SEÑOR.
Deuteronomio 8:16
En el desierto te alimentó con el maná que tus
padres no habían conocido, para humillarte y probarte, y para finalmente
hacerte bien.
Había tres
razones para que Dios le diera maná a Israel:
1. Para probar lo que había en el corazón de ellos, para probar si
guardarían o no sus mandamientos. Igualmente sucede hoy con nosotros, porque
tenemos que salir todos los días a buscar nuestra ración diaria de Cristo, para
probar que hay en nuestro corazón, para probar si guardamos su palabra.
2. Para hacerles entender que no solo de pan vive el hombre. Cuando buscamos nuestra ración
diaria de Cristo, Dios nos enseña que no vivimos solo de lo que comemos, que no
vivimos solo de lo que trabajamos, que no vivimos solo de los que nos ponemos,
que no vivimos solo de lo que nos gusta, sino que necesitamos de lo que
proviene de Dios.
3. Para finalmente hacerles el bien. El objetivo final de Dios es bendecirnos,
hacernos el bien; pero ¿Cómo obtendremos ese bien? Cuando nuestro caminar en el
desierto, en esta vida, en este mundo, sea acompañado de comer el maná que
descendió del cielo, el pan vivo, el pan de vida, que del cielo descendió,
Cristo.
CONCLUSIÓN
Apocalipsis 2:17
'El que tiene oído, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré
una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual
nadie conoce sino aquel que lo recibe.'