ESPERANDO LA OPORTUNIDAD

MAESTRO DE LA PALABRA DOCTOR KENNETH ANLEU
IGLESIA CRISTIANA GENESARET
DOMINGO 21-02-10

Mateo 25:1
25 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. 2 Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. 3 Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, 4 pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas.

INTRODUCCIÓN

El Señor ha estado hablando en estos últimos días a la Iglesia de Cristo que es tiempo de que se manifiesten las maravillas, milagros y liberaciones dentro de ella; sin embargo no todos dentro de la Iglesia han participado del poder que viene de lo alto. Algunos han podido ser vasos útiles y se han atrevido a orar por sanidad de alguien en la familia, el discipulado, el trabajo u otro lugar; un porcentaje de ellos han visto el poder de Dios en acción y han sido testigos de que el día de hoy Dios aún tiene poder para sanar. Otros se han atrevido a creer y tomando autoridad en el nombre de Jesús han reprendido espíritus y demonios que han estado afectando a otras personas o así mismas; y un porcentaje más pequeño que el anterior grupo han visto que los espíritus y demonios se sujetan al nombre de Jesús. Y existe otro grupo de personas dentro de la Iglesia que aún no se han atrevido a orar, ni a tomar autoridad en el nombre de Jesús, ni a reprender espíritus ni potestades ni a huestes de maldad; grupo cuyo porcentaje es importante.

¿Por qué sucede esto? Puede suceder por varias razones:
-Porque no se cree que es algo para el día de hoy
- Porque no se tiene fe
- Porque no se está preparado para participar de esas maravillas, milagros y liberaciones
- Otras razones

Dentro de todas las razones que se puedan aducir al respecto, esta mañana quiero abordar una causa específica: la preparación.

I. LAS VÍRGENES

Las vírgenes son una figura usada dentro de La Palabra de Dios para describir las características que deben tener las personas que están esperando a Dios, a Cristo. En hebreo proviene de una raíz que significa “separar” y es la palabra común para una mujer que nunca ha tenido relaciones sexuales (griego parthenos). En la costumbre judía, el novio salía de la casa de sus padres para encontrarse con la novia en la casa de los padres de ella, donde recibían la bendición nupcial. Luego, en una procesión nocturna y acompañados de los que les daban sus parabienes, entre ellos las vírgenes mencionadas aquí, el novio llevaba a la novia a su propia casa donde la fiesta duraba varios días. En esta parábola, Cristo es el novio (Is 54:4–6; 62:4–5; Ez 16:7–34; Os 2:19; Mr 2:19–20).

Por lo referido con anterioridad, podemos definir que en el reino de Dios, y en la Iglesia de Cristo, las vírgenes identifican a aquellos discípulos que dentro de una comunidad se encuentran separados esperando el encuentro al paso de Cristo, que va rumbo a buscar a su amada.

Aquí vemos varias figuras importantes, ya que no todos participaban de la marcha o desfile nupcial:

- Unas personas unas estaban en sus casas
- Otras en sus propias fiestas particulares
- Otras de viaje
- Otras no les interesaba nada de lo que pasara en la comunidad
- Otras aunque los habían invitado rechazaban formar parte de la celebración
- Pero ese grupo de vírgenes tenía ciertas características especiales:

a. Se apartó del resto para esperar al novio
b. Se están guardando en un estado de pureza
c. Se están preservando para entregarse solo a uno, el que será el indicado para pasar toda la vida con él

Igualmente, el día de hoy, dentro de la Iglesia existen personas que se identifican con esos grupos que hemos señalado:

-Hay cristianos que no participan de las bendiciones que Dios les tiene dentro de la Iglesia porque prefieren quedarse en la casa, probablemente se sienten más cómodos allí ya que no tienen que estar parados, no tienen que aplaudir, no tienen que cantar, no tienen que esforzarse por estar sentados 1 hora poniendo atención. Además en su casa puede estar viendo la alabanza y escuchando el mensaje con los pies sobre la mesa de centro, con una bebida fría y sabrosa en la mano, con un pan con jamón o pan con carne, y si hay algún punto del sermón que no le gustó puede quitar de enfrente al predicador y al sintonizar otro canal puede ver algo que no le señale una área de su vida que debe mejorar.

- Hay otros cristianos que prefieren aunque esté asistiendo a una Iglesia no toman el papel de vírgenes, y prefieren no esperar al novio porque hay otras fiestas donde no tiene que esperar. Fiestas en donde él o ella es el centro de la atención, donde es a él o ella a quien están esperando, a quien van a agasajar o celebrar. Fiestas donde él es el “alma de la fiesta”, es el líder, el jefe; es el más inteligente, el que más dinero o poder tiene.

- Hay otros cristianos que en realidad no les interesa lo que pasa dentro de la Iglesia, y no me refiero dentro de la congregación a dónde asiste sino a la Iglesia de Cristo, van a los cultos porque es parte de la rutina de su vida. Hay iglesias donde frecuente y constantemente se les llama a los discípulos para que participe, se involucre, dentro de la Iglesia, pero que simple y sencillamente no participan, rechazan veladamente, apartar tiempo para prepararse y estar esperando al paso del novio.

II. LAS LÁMPARAS Y EL ACEITE DE LAS VÍRGENES

Las lámparas servían para iluminar el camino de las vírgenes en el camino hacia la casa de la novia y el novio. Toda virgen que deseaba participar del desfile debía estar aprovisionada de su lámpara encendida, y aceite como combustible para mantener encendida la llama.

Estas nos hablan de dos cosas que todo cristiano que espera la venida de nuestro Señor Jesucristo debe tener:

- La lámpara nos habla de La Palabra de Dios:

Salmo 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.
- El aceite nos habla de la unción del Espíritu:

Hechos 2:2 – 4
2De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados, 3 y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. 4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse.

La Palabra de Dios nos declara en esta figura que dentro de las vírgenes (cristianos separados para esperar al Señor) existen dos grupos:

• 50% tienen aceite (unción del Espíritu) y tienen reserva de aceite
• 50% tienen aceite (unción del Espíritu), pero no tienen reserva de aceite

Hay que notar cuatro cosas importantes:

1. Ambos grupos tienen lámpara, es decir, tienen Palabra de Dios, tienen conocimiento de La Biblia, saben doctrina, hasta la enseñan.

2. Ambos grupos tienen aceite, es decir tienen unción del Espíritu, cuando empiezan a esperar al novio, pero el 50% tiene solo lo mínimo necesario, y el peligro de estar así es que si el novio se tarda se acabará el aceite.

3. Esto nos habla que no solo debemos tener Palabra y unción para empezar, sino debemos tener unción suficiente por si el novio tarda más de lo que pensamos. Hay cristianos que empezaron bien la carrera, pero con el transcurrir de los años se cansan de esperar al novio (a Cristo) y terminan en una vida de religiosidad, sin maravillas, sin milagros ni liberaciones. Por ello el compromiso de quienes tienen ministerio o privilegio de Dios en esta casa debe ser dirigir la alabanza y adoración con unción del Espíritu, no para entretener a la feligresía; debe ser predicar con la unción del Espíritu, no para entrener a los asistentes a los cultos, ni mucho menos para predicarles lo que quieren oír.

4. La Biblia llama a estos dos grupos de vírgenes así: A las que tienen aceite de reserva (unción del Espíritu en abundancia) prudentes; y a las que no tienen aceite de reserva las llama insensatas, lo cual significa necedad, falta de sentido o de razón.

III. EL PELIGRO DE NO TENER ACEITE DE RESERVA

Mateo 25:5 – 13
25 Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y se durmieron. 6 Pero a medianoche se oyó un clamor: "¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo." 7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. 8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan." 9 Pero las prudentes respondieron, diciendo: "No, no sea que no haya suficiente para nosotras y para vosotras; id más bien a los que venden y comprad para vosotras." 10 Y mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. 11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: "Señor, señor, ábrenos." 12 Pero respondiendo él, dijo: "En verdad os digo que no os conozco." 13 Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.

La Palabra nos deja ver en esta parábola un peligro o situación que se puede dar mientras se espera la venida del novio, que las vírgenes que están esperando, se cansen y se duerman. Pero debemos notar que en esta parábola dicha por el mismo Señor Jesucristo se habla ambos grupos, las vírgenes prudentes y las insensatas se durmieron; por lo tanto no podemos hablar que la espiritualidad de ellas se pudiera medir por el sueño, porque ambos grupod de vírgenes se durmieron, sino que la espiritualidad se mide por el grado de aceite que tengan aunque les de sueño.

Eso quiere decir que en este momento puede haber vírgenes, en este mismo lugar, que estén cabeceando, que estén con sueño, otras que pueden estar quedando dormidas; esto nos habla de dos niveles distintos de decaimiento espiritual: el primero, involuntario, o sea la somnolencia, que detiene su actividad; y luego uno voluntario, después de un poco de resistencia. Pero que Cristo les está diciendo “tengan aceite preparado, porque no saben cuando pasaré por donde ustedes están”. Hay vírgenes que se atreven a esperar sin siquiera tener lámpara, que se atreven a esperar sin siquiera leer La Biblia, mucho menos tratar de vivir lo que dice La Palabra de Dios. Otras vírgenes se atreven a esperar al novio solo con lo que recibe de aceite (unción del Espíritu) cuando viene a los cultos, pero no prepara frascos o vasijas extras en su casa, en su trabajo, o en su centro de estudios. Hay que preparar frascos de reserva, porque a ambos grupos les puede dar sueño, la diferencia va a estar en que tenga o no aceite de reserva.

Cuando se llegue el momento de que el novio pasa por donde están esperando las vírgenes, las que no tengan aceite tendrán que ir a comprarlo, en ese momento van a orar, ayunar, vigilar, cumplir con los votos no cumplidos, para volver a llenar su lámpara con aceite, pero cuando ya tengan aceite nuevamente el novio ya habrá pasado, la marcha nupcial habrá entrado a la casa, las puertas estarán cerradas, y las vírgenes insensatas se quedarán si entrar a la fiesta, al banquete. Solo las vírgenes que prudentes, las que estaban preparadas, entrarán al banquete de bodas, las otras no PORQUE LLEGARON TARDE, y aunque supliquen ya no podrán entrar.

Hay que tomar en cuenta que el novio pasó hasta la media noche, ¿Cuánto tiempo esperaron las vírgenes? ¿A las 19:00? ¿A las 20:00? ¿A las 21:00? ¿A las 22:00? ¿A las 23:00? Cuando ellas pensaron que probablemente ya no habría desfile, que tal vez el novio se había arrepentido, que a lo mejor hubo algún accidente, entonces se relajaron y se durmieron. ¿Cuánto tiempo debemos esperar nosotros a que el novio (Cristo) venga por la novia? Por eso Jesús sentenció la parábola diciendo: “Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.”

Cuando un cristiano que está esperando el paso del novio para unirse a la marcha nupcial NO TIENE ACEITE cuando pasa el novio no se puede unir al desfile, ni participar de la celebración. Hay cristianos que están deseosos de imponer manos y sanar enfermos, de echar fuera demonios, de resucitar muertos, pero no tienen lámpara ni aceite, llega la oportunidad a su vida y pasa de largo porque no estaban preparados.

CONCLUSIONES

1. Para estar esperando al Señor debemos tener lámpara (Palabra) y aceite (unción del Espíritu).
2. Debemos tener frascos de aceite de reserva. Debemos llenar de aceite nuestra vasija en nuestra casa, no solo en la Iglesia.
3. Debemos velar esperando al novio, si estamos cabeceando, pongámonos en actividad para quitarnos el sueño.
4. Dios nos está invitando a participar en el desfile o marcha nupcial. Aceptemos la invitación y participemos.
5. Dios nos quiere usar hoy para mostrar su poder haciendo maravillas, milagros y liberaciones, através de nosotros, pero debemos tener lámpara y aceite.
6. Si no estamos preparados, se presentarán delante de nosotros las oportunidades y no podremos hacer nada porque si tenemos que ir a comprar aceite primero cuando lleguemos la oportunidad ya se habrá ido.