LA JUSTIFICACIÓN 2
TEMA: LA JUSTIFICACIÓN 2
IGLESIA CRISTIANA GENESARET
DOMINGO 5 DE SEPTIEMBRE DEL 2010
Romanos 3:28 – 31
28 Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley. 29 ¿O es Dios el Dios de los judíos solamente? ¿No es también el Dios de los gentiles? Sí, también de los gentiles, 30 porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos y por medio de la fe a los incircuncisos. 31 ¿Anulamos entonces la ley por medio de la fe? ¡De ningún modo! Al contrario, confirmamos la ley.
INTRODUCCIÓN:
La última semana estudiamos el tema “La justificación” y la definimos como el acto jurídico por medio del cual Dios, quien es el Juez justo (2 Timoteo 4:8), con base a su justicia, declara justo al que cree en Jesucristo, quien es nuestro abogado (1 Juan 2:1). Así mismo concluimos diciendo que nadie puede justificarse a sí mismo delante de Dios, sino que el único que al sustituirnos también nos justifica delante de Dios es Cristo Jesús, quien al justificarnos nos libera de la ira de Dios que pendía sobre nosotros por nuestros pecados, y recibimos esa justificación por gracia. Ahora veremos algunos ejemplos prácticos de la justificación.
I. EJEMPLOS DE LA JUSTIFICACIÓN
A. ISAAC
Génesis 22:2
Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
Génesis 22:7 – 13
7 Y habló Isaac a su padre Abraham, y le dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y dijo Isaac: Aquí están el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8 Y Abraham respondió: Dios proveerá para sí el cordero para el holocausto, hijo mío. Y los dos iban juntos. 9 Llegaron al lugar que Dios le había dicho y Abraham edificó allí el altar, arregló la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar sobre la leña. 10 Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo. 11 Mas el ángel del SEÑOR lo llamó desde el cielo y dijo: ¡Abraham, Abraham! Y él respondió: Heme aquí. 12 Y el ángel dijo: No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único. 13 Entonces Abraham alzó los ojos y miró, y he aquí, vio un carnero detrás de él trabado por los cuernos en un matorral; y Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
En esta cita vemos desarrollado el tema de la justificación con bastante aproximación a los conceptos vertidos la semana pasada:
1. Isaac como figura de la humanidad era llevado para morir; porque está decretado:
Ezequiel 18:20
El alma que peque, ésa morirá.
Por tanto todo hombre o mujer que ha pecado está condenado a morir, pero no la muerte natural, sino la muerte segunda, la separación total y definitiva del hombre con respecto a Dios.
2. Antes de subir al monte para que Isaac muriera, Abraham confiesa “Dios proveerá para sí el cordero para el holocausto”, así mismo Dios se proveyó de un cordero para el holocausto para que muriera en lugar del hombre o de la mujer que se merecía la muerte y condenación.
3. Cuando Isaac estaba por morir, ven a un cordero en la zarza el cual sustituyó a Isaac, dicho cordero representa al Cordero de Dios, Jesucristo que sustituye a la humanidad (Isaac).
4. Isaac bajó del monte sin haber sufrido daño alguno. Así sucede cuando nosotros aceptamos el sacrificio de Cristo, nos justifica en su sustitución, y nos evita recibir el daño por el pecado, que es la muerte.
5. Isaac nació de la promesa, lo cual representa a los que hemos nacido de nuevo, por aceptar el sacrificio redentor, lo que sucede cuando aceptamos la sustitución de Cristo, lo que nos justifica, y al nacer de nuevo Dios nos justifica.
B. ZAQUEO
Lucas 19:1 – 10
1 Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad. 2 Y un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos y era rico, 3 trataba de ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, ya que él era de pequeña estatura. 4 Y corriendo delante, se subió a un sicómoro para verle, porque Jesús estaba a punto de pasar por allí. 5 Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa. 6 Entonces él se apresuró a descender y le recibió con gozo. 7 Y al ver esto, todos murmuraban, diciendo: Ha ido a hospedarse con un hombre pecador. 8 Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado. 9 Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa, ya que él también es hijo de Abraham; 10 porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido.
1. Jesús pasaba por Jericó, pero no se detiene allí. Jericó significa “ciudad fragante” y estaba bajo maldición esto nos enseña que cuando Jesús vino al mundo no le interesó la fragancia de un mundo bajo juicio y maldición, sino que así como en Jericó le interesó visitar a Zaqueo, que era un ladrón recaudador de impuestos, igualmente hoy a Jesús no le interesa donde vive la persona que va a visitar, sino le interesa la vida de esa persona porque está interesada en llevarle rescate, libertad, perdón y justificación.
2. Jesús vino a buscar lo vil y menospreciado del mundo, lo que no tenía arreglo ni compostura, para mostrarles las riquezas de su gracia y que experimenten las virtudes del siglo venidero.
3. De todo Jericó solo Zaqueo tenía verdadero interés por conocer a Jesús, los demás eran curiosos, igual que hoy no todo el mundo está realmente interesado en conocer a Jesús, pero aquellos que realmente se interesen en Cristo a costa de lo que sea, aunque parezca a los ojos de los demás que hace el ridículo, esos serán justificados al final.
4. La gente se burlaba de Zaqueo por su estatura, le hacían chistes, pero Zaqueo vio en Jesús al Hijo de Dios, al Cordero de Dios, mientras los demás solo miraban en Él solamente un profeta o un maestro.
5. Cuando Jesús entró a la casa de Zaqueo, la gente solo miraba un pecador, pero para Dios Zaqueo ya estaba justificado porque creyó en Jesucristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
6. La justificación es para aquellos que reconocen que están perdidos, porque Jesús vino a buscar lo que se había perdido; pero aquellos que no quieren reconocer que se extraviaron continuarán perdidos, sin justificación, y con la ira y castigo de Dios sobre ellos.
C. EL PUBLICANO (recaudador de impuestos) Y EL FARISEO
Lucas 18:10 – 14
10 Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos. 11 El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: "Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. 12 "Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano." 13 Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "Dios, ten piedad de mí, pecador." 14 Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado.
En este texto vemos la diferencia entre ser justificado y no:
EL PUBLICANO EL FARISEO
Se reconoció pecador Dijo soy justo
Se humilló y pidió piedad Se justificó a sí mismo y no se humilló
Regresó a su casa justificado Regresó a su casa sin justificación y con ira de Dios.
CONCLUSIÓN:
Para alcanzar justificación hay que ser humilde y reconocerse necesitado, reconociendo que sin Cristo estamos condenados a la muerte eterna.
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