LOS VALORES DEL SACRIFICIO PERSONAL
Predicador: Pastor Antonely Rodas
Lugar: Iglesia Genesaret
Fecha: Domingo 8-02-009
El hombre que reconoce de dónde le ha sacado el Señor, y lo que tuvo que hacer Él para lograrlo, adquiere una identidad de agradecimiento, por lo cual tiene una demanda en su corazón de servir predicando el Evangelio, para que todos aquellos que están en prisión de tinieblas vengan al conocimiento de Cristo, y si para lograrlo hay que sacrificar algo, no escatima absolutamente nada.
EL VALOR DEL SERVICIO DEPENDE DE SU AGRADECIMIENTO
El Señor Jesús nos ha enseñado, que alguien que se da cuenta de la profundidad de su propio pecado, y la grandeza de la misericordia de Dios, debe amar profundamente, como la mujer de la historia que se relata en el evangelio de Lucas 7:36-50; un amor que es fruto de su capacidad de reconocer el ser perdonado.
Tomando en cuenta esta premisa espiritual, Pablo declara enfáticamente que no le importaba el sufrimiento que pudiera acontecer en su propia vida, por que no estimaba su propia vida como preciosa comparada al privilegio de cumplir la carrera y el ministerio que recibió de parte del Señor Jesús
Hechos 20:23-24 RV60 salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. (24) Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
VALORES DEL SACRIFICIO PERSONAL DE UN DISCÍPULO DE CRISTO
· No hacer caso a ningún obstáculo
· No ser egoísta
· Tener certeza de que se debe terminar lo que se ha empezado
· Cumplir con el Ministerio que se ha recibido de parte del Señor Jesús.
La Palabra de Dios es bien explícita cuando nos enseña la posición que debe de adoptar el discípulo de Cristo, delante de las cosas que nos rodea en comparación al amor de nuestro Señor Jesucristo que se nos has sido revelado.
Filipenses 3:7-17 NVI Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. (8) Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo (9) y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe. (10) Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte. (11) Así espero alcanzar la resurrección de entre los muertos. (12) No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. (13) Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, (14) sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (15) Así que, ¡escuchen los perfectos! Todos debemos* tener este modo de pensar. Y si en algo piensan de forma diferente, Dios les hará ver esto también. (16) En todo caso, vivamos de acuerdo con lo que ya hemos alcanzado.* (17) Hermanos, sigan todos mi ejemplo, y fíjense en los que se comportan conforme al modelo que les hemos dado.
Cuando un verdadero discípulo de Cristo no ha escatimado nada para predicar las Buenas Nuevas del Reino de Dios, tiene la solvencia para decir que la sangre de los que han oído no está sobre él.
Hechos 20:26-27 RV60 Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; (27) porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.
Aquí Pablo y todos los discípulos de Cristo si ya han hecho todo lo necesario para predicar el evangelio, de tal manera que no han hecho caso de ningún obstáculo, ni han sido egoístas, y han tenido la certeza de terminar la carrera y cumplir con el ministerio que el Señor les ha encomendado, pueden estar solventes de la sangre de aquellos que habiéndoseles predicado no han hecho caso del mensaje, conforme lo que dijo el profeta Ezequiel.
Ezequiel 3:17-21 RV60 Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. (18) Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. (19) Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma. (20) Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano. (21) Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.
EL SACRIFICIO DE CRISTO NO TIENE COMPARACIÓN
Los discípulos de Cristo valorizan en extremo la obra de Justicia del Eterno por medio del sacrificio del Cordero de Dios, por lo que exhorta y anima a los que vienen atrás para cuidar del rebaño que tiene precio de sangre.
Hechos 20:28-32 RV60 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. (29) Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. (30) Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. (31) Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. (32) Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.
Para finalizar este estudio es necesario que estemos plenamente convencidos que no debemos escatimar absolutamente nada, sino proseguir a la meta y como genuinos ministros del Espíritu, estar dispuestos a preparar a los responsables de apacentar a la grey del Señor.
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