PERDIENDO EL TEMOR DE ACERCARSE A DIOS
PERDIENDO EL TEMOR DE ACERCARSE A DIOS
Dr. Keneth Renato Anleu Ortega
IGLESIA CRISTIANA GENESARET
Éxodo 20:18 – 21
18 Y todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba; y cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia. 19 Entonces dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros y escucharemos; pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.
20 Y respondió Moisés al pueblo: No temáis, porque Dios ha venido para poneros a prueba, y para que su temor permanezca en vosotros, y para que no pequéis. 21 Y el pueblo se mantuvo a distancia, mientras Moisés se acercaba a la densa nube donde estaba Dios.
INTRODUCCIÓN
A pesar de que existe en el hombre la necesidad de tener una relación con Dios no todos alcanzan a tener una intimidad con Él, al grado de poder presentarse delante de Dios para escuchar lo que tiene que decirle. ¿Quién se atreverá a subir al monte a hablar con Dios?
El hombre puede acercarse a Dios para:
a. Alabarle y adorarle.
Esta es la zona de comodidad para el hombre en su relación con Dios. El hombre constantemente se acerca a Dios para presentarle sacrificio de alabanza y adoración, y para hacerlo inclusive se prepara, se purifica, y da su ofrenda al Señor.
Alabar y adorar a Dios es más sencillo para el hombre porque la relación es vertical hacia arriba, es decir, es del hombre hacia Dios, y todavía hay ganancia porque Dios viene y cuando lo alabamos y adoramos en espíritu y en verdad nos bendice.
b. Escuchar lo que Dios te quiere decir.
Esa zona ya no es de comodidad para el hombre, porque implica una relación vertical hacia abajo, es decir, es de Dios hacia el hombre, lo cual indica que el hombre debe estar dispuesto a oír con atención y estar dispuesto a obedecer.
Cuando yo alabo y adoro le hablo a Dios, cuando Dios me habla tengo que escuchar, y generalmente al hombre no le gusta escuchar porque eso significa compromiso, obediencia, rendición y sumisión, y hacer cuentas al final de si cumplimos o no con lo que Dios nos dijo, y esa es la parte difícil.
I. ¿POR QUÉ EL HOMBRE TIENE TEMOR DE ENCONTRARSE CARA A CARA CON DIOS?
Los israelitas tuvieron temor por los truenos, relámpagos y el monte que humea. El hombre tiene temor de acercarse a Dios porque su presencia impresiona, tanto que asusta, se pueden ver y oír cosas que ciegan nuestros ojos, a veces cuando la luz es tan intensa ya no podemos ver; otras veces al acercarse a Dios las cosas que oímos pueden ensordecer nuestros oídos, porque lo que Dios nos dice a veces pueden parecer muy difíciles o imposibles; podemos ver montes humeantes (cosas que nos parecían grandes, inamovibles, pero que se queman ante la presencia de Dios); y todas esas cosas a muchas personas les da miedo, e inconscientemente prefieren mantenerse a distancia, porque piensan que pueden ser electrocutados o quemados por el poder de Dios, porque al acercarse a Dios y escuchar lo que él quiere de nosotros provoca la muerte del hombre, la muerte del yo, y eso nos asusta porque queremos seguir siendo nosotros, no queremos vivir la vida de otro, tenemos a Cristo adentro pero no queremos que Cristo viva en nosotros y nos dirija, porque cuando eso sucede perdemos nuestra identidad y ya no soy Juan, Pedro, Romeo, Pascual, sino que soy Cristo, y eso significa que dejo de existir con mis características que me distinguen, preferimos seguir vivos a quien soy, con los defectos, con las imperfecciones, con las cosas desagradables que tenemos.
Por eso la mayoría del pueblo prefiere que sea un “elegido” el que vaya hable con Dios y que les venga a decir que le dijo Dios. Muchos tienen temor de que Dios les hable directamente porque tienen miedo de morir, pero no miedo a dejar de existir, sino miedo a que ya no sean más las personas que ahora son y que les gusta ser, porque cuando Dios te habla directamente irremediablemente empieza un proceso de muerte al hombre o mujer que has sido durante toda tu vida, de tal forma que cuando Dios ha terminado de hablar contigo directamente te encuentras con que el humano que ahora eres ya no puede ser, porque para ser como Dios quiere que seas es necesario que se sufra tal transformación que ya no te reconoces tu mismo, porque moriste al acercarte a Dios.
Por eso es preferible que otro se acerque a Dios y te diga que quiere Dios, porque cuando no es Dios el que te lo dice directamente te sientes en libertad de hacer o dejar de hacer lo que el ministro te dijo que Dios quería, porque al final no te lo dijo Dios directamente, te lo dijo uno que dijo que Dios se lo había dicho; porque cuando Dios te lo dice directamente no encuentras la forma de escaparte, pero cuando te lo dice otro hombre como tú, entonces si encuentras formas de escaparte.
Pero, ¿Por qué tiene miedo el pueblo? Dios lo único que quiere es hablar directamente con el hombre para que su temor permanezca en nosotros para que no pequemos. Pero La Palabra nos habla del temor de Dios, no de miedo a Dios, ¿Qué quiere decir temor de Dios? Significa reverencia a Dios, respeto a Dios.
En otras
palabras, Dios quiere que el respeto por Él, que la reverencia por Él, permanezca en nosotros para que no pequemos. El pueblo muere si se acerca a hablar con Dios en pecado, sin santidad.
II. VIGENCIA DEL MODELO DIOS – MINISTRO – PRÉDICA – IGLESIA.
¿Es el modelo pastor – prédica – iglesia lo que Dios quiere para su pueblo hoy? Aún está vigente por el temor del hombre a encontrarse con Dios. Porque el mismo pueblo pide pastor que los guíe. Los que vencen ese temor se convierten en predicadores, en profetas para el pueblo.
Jeremías 31:33 – 34
33 porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días--declara el SEÑOR--. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. 34 Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: "Conoce al SEÑOR", porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande--declara el SEÑOR-- pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.
El modelo que Dios diseñó es que todos nosotros como sacerdotes de Dios podamos subir al monte a hablar con Él. Dios cambió nuestros corazones, puso su ley dentro de nosotros, puso su Espíritu Santo dentro de nosotros para que le conozcamos. Dios quiere tener una relación personal con cada uno de sus hijos, Dios quiere que nos atrevamos a acercarnos a hablar con Él.
Hebreos 10:19 – 22
19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
Jesucristo nos abrió el camino para acercarnos a Dios, para entrar hasta su presencia a escuchar lo que Él quiere decirnos, solamente hay que acercarse con un corazón sincero, purificado de mala conciencia, es decir, con la disposición de escuchar lo que tiene que decirnos, con la mente abierta a recibir lo que Él me quiere dar. Eso sí en santidad, sin pecado, y para ello lo único que debo hacer es pedir perdón a Dios en el nombre de Jesucristo quien está sentado a la diestra del Padre intercediendo por nosotros.
Si te acercas a Dios con la intención de escuchar, con la disposición de hacer lo que Dios te diga, entonces Dios empecerá a hablarte, a compartirte sus planes, sus pensamientos, el deseo de su corazón y Dios te empezará a usar para que compartas con su pueblo lo que Dios quiere.
Hebreos 12:18 – 25
18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, 19 al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más, 20 porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo; 21 y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando; 22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, 24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.
Hoy Dios nos está invitando a acercarnos a la ciudad del Dios vivo, al Juez de todos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto; pero no está invitando solo a los ministros, está invitando a todo aquél que se atreva a acercarse a Él y a no desecharlo.
1 Pedro 2:9 – 10
9 Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
Dios quiere hablarte directamente a ti, si tu tienes miedo te seguirá hablando a través de un pastor, de un evangelista, de un profeta, de un maestro.
Si te atreves a acercarte a Dios, Él tiene cosas que revelarte, tiene grandes cosas que compartirte, para que tu las compartas con el pueblo y anuncies las virtudes de aquél que te llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Pierde el miedo de acercarte a Dios, atrévete a escucharle y a estar dispuesto a tener compromiso y obediencia, y verás ¡Cuán grandes cosas tiene Dios preparadas para ti!
1 comentario:
Esta palabra la estaba buscando, sabía que que existe este miedo, por que yo lo sentía.Compartiré está palabra a mi iglesia. Que el señor Jesucristo les bendiga
Publicar un comentario