UN ARREPENTIMIENTO QUE TRANSFORMA

Predicador: Maestro de la Palabra Keneth Anleu

Lugar: Iglesia Cristiana Genesaret

Fecha: 21-06-09

Lucas3:3 – 6 NVI
3 Juan recorría toda la región del Jordán predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. 4 Así está escrito en el libro del profeta Isaías: “Voz de uno que grita en el desierto: ‘Preparen el camino del Señor, háganle sendas derechas. 5 Todo valle será rellenado, toda montaña y colina será allanada. Los caminos torcidos se enderezarán, las sendas escabrosas quedarán llanas. 6 Y todo mortal verá la salvación de Dios.'

INTRODUCCIÓN:

Antes que Jesús iniciara su ministerio hemos visto varias características que son necesarias que nosotros alcancemos previo a que nos desenvolvamos en nuestro ministerio como sacerdotes de Dios:

1. Debemos ser engendrados por el Espíritu.
2. Debemos tener a Jesucristo morando en nuestro corazón.
3. Debemos aprender a vivir con sobrenaturalidades en nuestra vida natural.
4. Debe haber una transformación en nuestras vidas que nos lleve de ser pesebres a Templos del Espíritu Santo.
5. Aunque nacemos en un Belén espiritual (dentro de la casa de Dios) nuestro crecimiento y desarrollo lo realizamos en Egipto (el mundo) para ser luz del mundo y santificarnos en La Palabra de Dios.
6. Es necesario que disminuyamos en lo que somos nosotros mismos y que dejemos que Cristo crezca dentro de nosotros:

a. fortaleciéndonos en la fe
b. abundando en amor unos por otros
c. fructificando en la obra de Dios
d. fortaleciéndonos en el Espíritu

En este estudio veremos otras características que son necesarias en el discípulo de Cristo que quiere ser agradable al Padre, en las figuras de Juan “el bautista” y del Jesús que baja a las aguas del bautismo.

I. PREPARANDO EL CAMINO PARA EL SEÑOR

Lucas3:3 – 6 NVI
3 Juan recorría toda la región del Jordán predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. 4 Así está escrito en el libro del profeta Isaías: “Voz de uno que grita en el desierto: ‘Preparen el camino del Señor, háganle sendas derechas. 5 Todo valle será rellenado, toda montaña y colina será allanada. Los caminos torcidos se enderezarán, las sendas escabrosas quedarán llanas. 6 Y todo mortal verá la salvación de Dios.'

Juan el bautista representa al discípulo comprometido con Dios en el llamamiento que se le ha realizado y representa dos características principales:

a. Arrepentimiento

La palabra arrepentimiento viene del griego:

Gr. metánoia; compunción (por culpa, incluye una reforma)
reversión (decisión de revertir).

Esto necesariamente señala que un verdadero discípulo no solamente debe sentir dolor por la vida que ha tenido en el pasado, y posiblemente en el presente, sino además debe tener la decisión de revertir lo que ha hecho, la decisión de reformar su vida, de hacer lo contrario a lo que hacía antes.

Gr. metanoéo; pensar diferente, cambio de mente, cambio de forma de pensar

Esta raíz griega señala el hecho de que el discípulo que tiene arrepentimiento es indispensable de que piense diferente a lo que pensaba, -. si pensaba en lo malo ahora debe pensar en lo bueno
-. si pensaba en las cosas de la carne ahora debe pensar en las cosas del Espíritu
-. si planeaba hacer cosas malas ahora debe planear hacer cosas buenas

Esto es muy importante de tomar en cuenta ya que no se puede cambiar la vida de una persona si no se cambia la forma de pensar:

-. para dejar de ser un delincuente se debe dejar de pensar como delincuente
-. para dejar la pornografía se debe dejar de pensar en las perversidades sexuales
-. para dejar de ser un corrupto se debe dejar de pensar en aceptar sobornos.

Muchas personas toman como pretexto para seguir siendo las mismas que no pueden cambiar sus condiciones sociales y económicas; sin embargo existen cientos o miles de testimonios de personas que nos atestiguan lo contrario, por ejemplo pandilleros que se convirtieron en personas ejemplares integradas a la sociedad porque al aceptar a Cristo dejaron de pensar en hacer lo malo y empezaron a pensar en hacer el bien; personas que eran pobres pero que iniciaron vendiendo chicles o lustrando zapatos que pensaron en dejar la pobreza, cambiaron de pensar que era imposible, planearon como ahorrar e invertir y fueron subiendo hasta que lograron alcanzar salir de la pobreza.

Por el contrario existen testimonios patéticos de hijos de personas que tuvieron mucho dinero que solo pensaban en “vivir la vida loca” en despilfarrar el dinero de los padres, a quienes les heredaron grandes fortunas y muchas posesiones y las perdieron por no cambiar de forma de pensar en cuanto a malgastar lo que sus padres les dejaron; existen casos más defraudantemente tristes en los cuales hubo hijos que hasta mataron a sus padres para obtener más rápido el dinero que iban a heredar, porque en su mente en su forma de pensar nunca dejaron de pensar en la holgazanería, en las fiestas pervertidas con sus “amigos”, en las drogas, en la mujer ajena, etc.

La Biblia en este caso es contundente en Romanos 12:2

Romanos 12:2 DHH
No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

La última raíz griega que deriva de metánoia es metamorfóo:

Gr. metamorfóo; transformar, metamorfosis (cambiar de condición)

Esto implica que el creyente que quiere ser discípulo al proceder diariamente al arrepentimiento logra transformar su vida, la cambia de tal manera que literalmente ya no es la misma. La misma cita de Romanos 12:2 en la versión de La Biblia de Las Américas indica:

Romanos 12:2 LBLA
Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.

¿Cómo renovamos nuestra auto imagen en nuestra mente? ¿Cómo nos vemos?

-. Como gusano o como mariposa
-. como perdedor o como ganador
-. como vencido o como vencedor
-. como pecador o como redimido
-. como esclavo o como libre
-. como pobre o como rico
-. como endeudado o como libre de deudas
-. como esclavo o como hijo
-. como pesebre o como templo
-. como súbdito o como rey
-. como pueblo o como sacerdote
-. como carnal o como espiritual
-. como terrenal o como celestial.

Es muy importante cómo es la imagen que tengo de mí mismo porque de ello depende lo que yo soy, y lo que proyecto a los demás que yo soy.

-. Si me veo a mí mismo como miserable voy a ser un miserable, y le diré a los demás ¡Miren soy un miserable!
-. Si me veo a mí mismo como triunfador (porque en Cristo yo soy un triunfador) voy a ser un triunfador, y le diré a los demás ¡Miren soy un triunfador!

De cómo me veo yo, no ahora, sino lo que quiero ser, depende mi transformación. Hay personas que nunca se transforman siguen siendo las mismas toda la vida, porque nunca renuevan en su mente la imagen que tienen de sí mismos ni como personas ni como cristianos hijos de Dios.

· Siguen siendo los mismos carnales porque no se renuevan espiritualmente en su mente.
· Siguen siendo los mismos terrenales porque nunca se renuevan como celestiales en su mente.
· Siguen llegando solo los domingos al culto y no participan en ninguna obra de la Iglesia porque no se renuevan en su mente visualizándose como siervos de Dios.
· Siguen solo deseando alcanzar lo que otros ya han alcanzado porque no se renuevan en su mente para ser más diligentes, más productivos, más proactivos.
· Algunos siguen siendo mediocres porque no se renuevan en su mente para buscar la excelencia.
· Algunos estudiantes siguen siendo “del montón” porque no se renuevan en su mente para esforzarse para estudiar más y obtener mejores notas.
· Hay cristianos que en lugar de transformarse a través de la renovación de su mente prefieren esconderse tras frases como:

-. “esa o ese porque es un “nerd” pero yo no”
-. Esa porque es la preferida del profesor
-. Porque es el consentido del jefe
-. Es que tengo mala suerte
-. Así era mi abuelo, así era mi papá y así soy yo y así me voy a morir
-. Dios no me quiere
-. Este es mi destino porque así lo quiere Dios

Todo esto que hemos revisado implica que aquél creyente que quiere ser discípulo de Cristo debe tener un genuino arrepentimiento en su vida, un cambio de vida, una metamorfosis completa, no solo en el momento de aceptar a Cristo como Señor y Salvador sino todos los días de su vida cristiana.

b. Prepara el camino enderezando las sendas por las que camina.

Lucas 3:4 NVI
4 Así está escrito en el libro del profeta Isaías: “Voz de uno que grita en el desierto: ‘Preparen el camino del Señor, háganle sendas derechas.

El discípulo que quiere agradar al Padre debe preparar sus sendas para Dios, y para entender mejor lo que esto significa estudiemos su significado en griego:

Preparar
gr. jetoimázo, viene de la raíz gr. jétoimos; que significa acondicionar; ajustar.

Esto significa que cuando hablamos que el discípulo debe preparar sus sendas para Dios no se está hablando de una situación pasiva, sino activa. La Palabra de Dios por sí sola no cambia ni transforma a las personas si éstas no reaccionan ante esa Palabra, si no la ponen por obra.

Muchos han malinterpretado la cita de Romanos 10:17 “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo”. Y esperan que la fe y la transformación que viene de ella sea una situación pasiva, pero no es así: Muchos oyen pero no pasa nada con ellos, ¿Por qué? Porque no pusieron por obra lo que oyeron; para que haya fe hay que practicar lo que Dios nos habla.

Lo mismo sucede con el preparar el camino del Señor, la preparación del camino en nuestra vida no la va a hacer el pastor, el maestro, ni ninguno de los ministros; la preparación del camino del Señor en nuestras vidas no la va a hacer Dios mismo. Dios nos dice como hacerlo a través de los ministros pero somos nosotros los que debemos preparar el camino del Señor en nuestras vidas.

- Dios nos dice a través de las prédicas o las enseñanzas que debemos consagrarnos, pero somos nosotros los que debemos hacerlo.

Filipenses 2:13 RV60
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

- Dios produce en nosotros el deseo de preparar nuestros caminos, pero nosotros somos los que ante ese estímulo decidimos accionar positiva o negativamente.
- La raíz griega implica “acondicionar o ajustar” lo cual indica que hay cosas en nuestros caminos que no están bien acondicionadas, tal vez no están en su lugar, tal vez están en exceso o muy escaso, muy alto o muy bajo, sea lo que sea debemos identificarlo y acondicionarlo.
- Al igual hay cosas en nuestro camino que están desajustadas pero que debemos ajustarlas. Dios nos lo dice cuando leemos su Palabra, cuando escuchamos una prédica o una enseñanza, cuando escuchamos un canto o alabanza, e inclusive nos habla a través de otras personas tanto directa como indirectamente, pero somos nosotros los que decidimos actuar o no actuar, acondicionar o no acondicionar, ajustar o no ajustar.

Cuando nos habla de enderezar o hacer derechas nuestras sendas utiliza la palabra griega:

enderezar
eudsús; que significa derecho, recto, o poner a nivel.

Esto nos habla que Dios no quiere que nuestras sendas sean tan altas (que nos habla de orgullo) ni tampoco tan bajas (nos habla del menosprecio o de baja auto estima), sino quiere que nuestras sendas estén niveladas. Por ello debemos seguir el ejemplo de Jesucristo, siendo Dios, no se aferró a ello, anduvo en la tierra como hombre, se sujetó en todo, pero siempre hizo la obra y voluntad del Padre por encima de cualquier cosa. Nunca se sintió ni más ni menos de lo que realmente era y es.

- En nuestro caminar debemos poner a nivel nuestras sendas, si estamos caminando religiosamente salgamos de la religión, porque el evangelio no es religión “es poder de Dios”.
- Si nos creemos indispensables o importantes en la Iglesia recordemos el ejemplo de Elías, él creía que era el único y Dios le dijo que aún quedaban miles más que le eran fieles.
- Si creemos que no servimos para nada, recordemos que tenemos a Cristo morando en nuestro corazón y que Él nos hace aptos para toda buena obra.

c. Rellenando valles y allanado montañas.

Lucas 3:5 – 6 NVI
5 Todo valle será rellenado, toda montaña y colina será allanada. Los caminos torcidos se enderezarán, las sendas escabrosas quedarán llanas. 6 Y todo mortal verá la salvación de Dios.'

Toda persona, inclusive los cristianos, tienen en sus vidas áreas de valles y montañas, tienen áreas que parecen grandes hoyos que no quieren ni recordar ni tocar y que muchas veces prefieren ignorarlos, y tienen áreas de las cuales se sienten orgullosos, pero Dios no quiere valles y montañas en la vida de sus hijos.

- Algunas personas en sus hoyos tienen episodios de su vida de la infancia, adolescencia o de su matrimonio que los han marcado y han dejado huella en su vida.
- Algunos sufrieron de maltrato infantil, de violaciones o de abusos sexuales, de maltrato doméstico.
- Algunos tienen complejos de inferioridad marcados porque se creen feos, o tontos, o porque los rechazaron sus padres, amigos, esposos o esposas.
- Algunos fueron insultados o lastimados profundamente y les dejó heridas muy grandes que no han sanado.
- Algunos tienen amarguras, rencores, falta de perdón.

Pero Dios no quiere que sigamos teniendo esos valles, Dios quiere que esos hoyos sean rellenados con el amor de Dios, el perdón, la llenura del Espíritu Santo, la unción fresca de su Espíritu.

Hay quienes en su vida tienen altas montañas:

- Se creen muy inteligentes
- Se creen muy hermosos o hermosas
- Se sienten privilegiados y que no hay otro como ellos
- Se sienten seguros en su apellido
- Se sienten seguros en el dinero que poseen en sus cuentas bancarias, en las propiedades que poseen
- Se sienten especiales porque son líderes
- Se sienten más que los otros porque son usados por Dios, tienen palabra de poder, tienen dones y grandes manifestaciones de unción

Pero Dios tampoco quiere que tengamos esas montañas, Dios quiere que esas montañas sean allanadas, aplanadas, hasta que queden al verdadero nivel que debe tener, para ello debemos llenarnos de humildad, de amor, de paciencia, de benignidad, de bondad; siguiendo el ejemplo de Cristo.

Recordemos que ser discípulo de Cristo es pensar, actuar y caminar como Él lo hizo.