LA ARMADURA DE DIOS, parte III, EL ESCUDO DE LA FE

Predicador: Pastor Antonely Rodas

Lugar: Iglesia Cristiana Genesaret

Fecha: 3-05-09

EL ESCUDO DE LA FE

Habiendo discernido por el Espíritu Santo los primeros elementos de la Armadura de Dios, nos debemos sentir bienaventurados por contar con el respaldo de nuestro Dios ante las asechanzas del enemigo que ya fue vencido por nuestro Señor Jesucristo. La revelación que nos da el Espíritu Santo nos hará vivir la experiencia de ser auténticos guerreros de los escuadrones de Jehová de los Ejércitos, para enfocarnos en la dimensión sobrenatural de poder utilizar eficazmente el escudo vamos a empezar por asimilar que Jehová se revela así mismo para sus escogidos como un escudo protector. Los Ungidos de Dios como Abraham y Moisés tuvieron esa revelación.

Moisés como libertador del Pueblo de Dios, cuando levanta un cántico de alabanza Jehová describe la dicha de Israel de ser un pueblo salvado y bendito, no porque lo mereciera sino porque así dispuso el Señor favorecerlo y de ser para su pueblo un poderoso escudo a su derredor.

Deuteronomio 33:29 RV60 Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, Pueblo salvo por Jehová, Escudo de tu socorro, Y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas.
De la misma manera nosotros que no éramos pueblo, ahora somos pueblo escogido por Dios, salvados por Él, y se revela para con nosotros como un Escudo de Socorro, por eso es importante poner atención que todo lo escrito en el antiguo testamento prefiguraba lo que iba a venir que era lo perfecto en Jesucristo Señor Nuestro.

Efesios 6:16 RV60 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Volviendo a tomar como referencia las escrituras del antiguo testamento vamos a estudiar sobre la importancia que los guerreros del Escuadrón de Jehová de los ejércitos, pudieran tener sus escudos ungidos.

Antiguamente los escudos eran de cuero y se ungían con aceite para protegerlos de grietas y hacerlos resbaladizos para que las flechas o dardos no se pegaran en ellos.

Para la Iglesia de Cristo el escudo de la fe necesita el aceite, lo que representa la unción del Espíritu Santo, sin la revelación se va hablar de un escudo irreal porque se necesita creer para verlo y usarlo y solo por el Espíritu Santo se va a vivir esa dimensión.

Lo que quiero compartirles es que la Palabra nos enseña que todo aquel que habiendo sido escogido y ungido y no es diligente para preparar su armadura; y sobretodo el escudo el cual tiene que ungirlo, puede caer en manos de los enemigos que le asechan, veamos el ejemplo de Saúl:

2Samuel 1:21 LBLA Oh montes de Gilboa, no haya sobre vosotros rocío ni lluvia, ni campos de ofrendas; porque allí fue deshonrado el escudo de los valientes, el escudo de Saúl, no ungido con aceite.

GILBOA: Traducido significa fuente de ebullición

EBULLICIÓN: Movimiento agitado y con burbujas de un líquido, que tiene lugar al elevar su temperatura.

EBULLICIÓN: Cocción, hervidero, efervescencia, hervor
Todo cristiano tendrá su Gilboa un tiempo en dónde su fe tendrá que ser sometida a prueba para ser aprobado, ninguno tiene que caer en manos del enemigo, ni ser deshonrado el escudo de los valientes, usted tiene una exhortación de estar ungido, la Palabra lo dice sed llenos del Espíritu Santo.

1Pedro 1:5-7 LBLA que sois protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo. (6) En lo cual os regocijáis grandemente, aunque ahora, por un poco de tiempo si es necesario, seáis afligidos con diversas pruebas, (7) para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo;

SIN UNCIÓN DEL ESPIRITU SANTO NO HAY ESCUDO DE LA FE

Sin la Unción no se podrán apagar los dardos del enemigo, la Palabra dice que tenemos cobertura aún cuando vengas diez mil en contra nuestra.

Salmo 91:4-7 RV60 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. (5) No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, (6) Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. (7) Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará.