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VISION

Nuestra iglesia está conformada por adoradores de Dios, que lo adoran en espíritu y verdad, que son reconocidos como discípulos de Jesucristo porque de ellos sale poder y tienen las señales de los que creen.
Nuestros miembros son hombres y mujeres que aman La Palabra y saben compartir el evangelio con el necesitado; que hacen lo que El Señor les pide, y se complacen en engrandecer el reino de Dios.

MISION

Formar en los nacidos de nuevo de nuestra iglesia adoradores del Padre en espíritu y verdad, enseñándoles a ser discípulos con el carácter de Cristo, que crean en el ejercicio de las señales que Jesucristo prometió para los que creyeran en Él.
Fomentar en los discípulos un profundo amor por La Palabra de Dios, enseñándoles a obedecerla y compartirla con toda criatura para hacer crecer el reino de Dios en esta tierra

FOTOS DE NUESTRA IGLESIA

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Nuestra obra Ministerial se sostiene a la divina Gracia de nuestro Padre Celestial, y a las aportaciones voluntarias de hermanos que con corazón estimulado y agradecido cumplen con sus ofrendas. Usted amado hermano que visita este sitio tiene una oportunidad inmejorable de poder sembrar en este ministerio y multiplicar su bendición, creyendo lo que está escrito en: Génesis12:3 RV60 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Nuestra misión requiere de un esfuerzo unánime en lo espiritual y en lo material cualquier colaboración de su parte, contribuye a sostener nuestra obra, Gracias por su aporte, lo bendicimos en el nombre de Jesucristo.

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Amados hermanos queremos compartirles que a partir del día de hoy, usted podrá sintonizar nuestras predicas. Sabemos que su vida va ser bendecida grandemente a través de los mensajes que Dios tiene preparados para usted. Así que no se puede perder nuestros servicios.

RESUMEN DE NUESTRAS PRÉDICAS DE MARTES Y DOMINGO DE IGLESIA CRISTIANA GENESARET

A continuación......

martes, 22 de mayo de 2012

LA CUEVA DE ADULAM. Parte 2


LA CUEVA DE ADULAM. Parte 2

Dr. Keneth Renato Anleu Ortega

IGLESIA CRISTIANA GENESARET   
           
1Sa 22:1 – 2
1 David se fue de allí y se refugió en la cueva de Adulam. Cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, descendieron a él allá. 2  Todo el que estaba en apuros, todo el que estaba endeudado y todo el que estaba descontento se unió a él, y él vino a ser jefe sobre ellos. Y había con él unos cuatrocientos hombres.

INTRODUCCIÓN

            El domingo anterior Dios nos hablaba en profecía, en tres distintas profecías para ser exactos, a la Iglesia haciéndonos saber que se oían gritos de guerra, que se avecinaba una gran batalla, en la cual los ejércitos de las tinieblas ya habían rodeado la ciudad del pueblo de Dios, habían preparado sus mejores armas, que sus principados, sus potestades, sus gobernadores de tinieblas ya estaban listos para atacar a la iglesia, y que estaban confiados en que iban a derrotarnos; pero nos dijo Dios que ese día Él sonaba su trompeta, alzaba su voz y hacía una convocatoria a su pueblo para que corriera a la línea de batalla, tomara su lugar, y que fuéramos valientes, porque Él estaba con nosotros, que nos daría la victoria, si confiábamos en Él, porque Él iría delante de nosotros para derrotar a nuestro enemigo.

El día siguiente, el día lunes, hace apenas 6 días, en una reunión de la oficialidad de esta casa, Dios nos habló a todos los servidores, y a todo el que estuviera dispuesto a servirle, y Dios nos confirmaba las profecías enviadas un día antes, y nos dijo que Él convocaba a sus generales para dirigir al pueblo en la batalla, para que sacaran y regresaran a sus escuadrones en victoria, pero que al igual que David, que huyó del endemoniado Saúl cuando éste lo buscaba para matarlo, y se escondió en la cueva Adulam, así varios de los siervos de Dios llamados a ser generales estaban en este momento refugiados en cuevas; pero dijo Dios que es tiempo que salgan de la cueva, porque aunque el enemigo es grande y fuerte, más grande y poderoso es nuestro Dios que está por nosotros. Dijo Dios es tiempo que salgan a la batalla, no para ser atacados, sino para atacar; no para ser perseguidos, sino para perseguir a su enemigo, hasta derrotarlo y esparcirlo.

Y nos dijo Dios que esta Iglesia, se convertiría en una cueva de Adulam, a donde vendrían los hermanos de David, y toda su casa a buscar refugio, y que vendrían también otros que aún no son de la casa, que están afligidos, endeudados y amargados, para que David los convierta en valientes guerreros. Así que nos dijo que a esta Iglesia vendrían hermanos en la fe, hermanos en Cristo, y personas que aún no conocen a Cristo como Señor y Salvador, que están en apuros, en aflicciones, endeudados, descontentos y amargados, para que aquí se les ministre, se les ayude a cambiar de forma de pensar, para que cambie su forma de vivir, para que ya no sean afligidos, endeudados y amargados, sino valientes guerreros de Dios.

Finalmente dijo Dios a los siervos de esta casa que ya era suficiente tiempo de estar escuchando Palabra, de estar recibiendo asistencia espiritual, y que era tiempo que salieran de la cueva para ser los generales que Dios había preparado para dirigir al pueblo de Dios a la batalla. Hoy EL SEÑOR nos quiere hablar al pueblo en general que está llamado a tomar las armas espirituales para ir a pelear la batalla, porque hay mucho pueblo que no va a pelear porque está escondido en la cueva, porque tiene miedo de pelear contra el diablo.




I.              LOS ESCONDIDOS EN LA CUEVA.

Cuando Dios decía que esta Iglesia es una Cueva de Adulam, y que de esta casa saldrían Davides que dirigirán al pueblo de Dios a la batalla, y que de esta casa saldrían valientes guerreros para pelear las batallas de Dios, es obvio que tanto los Davides como los valientes tienen que pasar un tiempo de preparación en la Cueva de Adulam, y el día de hoy hay muchos que están siendo preparados, ministrados, sanados, en la Cueva de Adulam, para ser de esa primera generación de valientes guerreros de Dios.

Dice EL SEÑOR que muchos de los que están presentes esta mañana, y muchísimos de los que están viendo, oyendo o leyendo este mensaje por el cable, internet, cd u otro medio; que son de esos que han llegado a la cueva a refugiarse, agobiados por el peso de las aflicciones, de sus ansiedades, de las deudas, de los apuros, de las amarguras y descontentos.

Dios quiere que salgan de la cueva a pelear la buena batalla de la fe, como valientes guerreros, pero antes de salir de la cueva como valientes guerreros primero deben dejar en la cueva todo aquello con lo que hayan entrado, de lo contrario no podrán pelear la batalla:

Ø  Entraron con aflicciones, con apuros con ansiedades, y deben salir con la paz de Dios en sus corazones.
Ø  Entraron endeudados, y deben salir libres, porque todos los documentos de deuda que habían en su contra fueron dejados expuestos en la cruz del calvario, porque esas deudas ya fueron pagadas con la sangre del Cordero.
Ø  Entraron descontentos y amargados, y deben salir ungidos con óleo de alegría y un manto de gozo.

Tenemos que quitarnos de nuestra mente el pensamiento religioso de que en la Iglesia están los perfectos, los que solo le falta “aureola y alas”, porque Jesús dijo que él había venido por los enfermos que necesitan médico, no por los sanos, por los que necesitan ayuda y sanidad para su alma. Los que están en las iglesias son gente necesitada, enferma, imperfecta, que necesitan del médico divino. Pues ese mismo médico, Jesucristo, es el mismo que les dice esta mañana: “Yo estoy aquí para sanarlos, para ministrarlos, para liberarlos, para que salgan de la cueva, y sean valientes guerreros míos que guíen a mi pueblo a la batalla, pero no para caer derrotados, sino para salir victoriosos”.

SI NO DEJAS QUE TU DAVID, JESÚS, TE SANE NO SERÁS UN VALIENTE, SERÁS UN COBARDE, UN FRACASADO, UN PERDEDOR.

II.            LOS ENCUEVADOS Y EL PROCESO DE CAMBIO.

Hoy hay en la cueva de Adulam, en la Iglesia, personas emproblemadas, que no son capaces, algunos de ellos, ni de luchar con sus propios conflictos internos mucho menos ayudar a otros a luchar sus batallas. Necesitan sanidad en sus almas para ser libres, y poder ayudar a otros a ser libres, para poder ayudar a otros a pelear la batalla.

ü  Los que ahora están en la cueva de Adulam necesitan llenarse de fe, para ayudar a otros a tener confianza en Dios en la batalla.
ü  Necesitan tener comunión con Dios, y aprender a orar y a interceder, para enseñarle a los que van a ir a la batalla a entregar sus cargas en oración a Dios, porque las cargas en la batalla solo estorban al soldado.
ü  Necesitan aprender a dejarse guiar, para aprender a ser buenos líderes, y le enseñen a los que van a la batalla a seguir órdenes, a ser disciplinados, a que sean buenos ejemplos, para llegar a ser también líderes de Dios en la batalla.

Muchos de los futuros generales de Dios están hoy en la cueva necesitando sanidad para su alma:

  Algunos están con heridas abiertas que necesitan ser sanadas.
  Otros tienen cicatrices en su alma, y algunas de estas cicatrices son incapacitantes, pero Dios quiere hoy quitar cicatrices.
  Otros están ofendidos, agraviados, lastimados, y necesitan perdonar.
  Otros se sienten desechados, rechazados, marginados, por sus compañeros, familiares, hermanos de la iglesia, y hasta por sus propios padres, hijos, cónyuges; y necesitan ser llenos del amor de Dios, que sane esa herida.
  Otros están ansiosos, temerosos, afligidos, sienten que han perdido el control de sus vidas, y necesitan recuperar la paz que perdieron, o tener la paz que nunca han tenido, esa paz que el mundo no entiende y que solo Cristo, solo Dios te puede dar.
  Otros están con amarguras, Hch 8:23, necesitan ser libres de opresión, llenar su corazón con alegría y gozo.Necesitan ser llenados por el Espíritu, y empezar a dar frutos del Espíritu.
  Otros están en cárceles de vicios, alcohol, drogas, tabaco, maras, narcotráfico, corrupción, y necesitan que Cristo les abra la puerta de la cárcel para quedar libres.

Cuando los 400 hombres afligidos, endeudados y amargados salieron de la cueva, ya no llevaban la aflicción y la amargura, la habían dejado en la cueva, y sus deudas salieron con la convicción de que Dios les proveería para salir de ellas. De la cueva ya no salieron deprimidos, cansados o agobiados, porque eso les predisponía a ser unos fracasados, unos perdedores.

Mientras sigas pensando como afligido seguirás siendo un afligido. Mientras sigas pensando como amargado, seguirás siendo un amargado. Mientras sigas pensando como endeudado, no podrás alzar tu cabeza para ver la solución que Dios te tiene allí cerca de ti.

¿Qué fue lo que cambió en la Cueva de Adulam? No fueron las circunstancias, éstas siguieron siendo las mismas, seguían huyendo de Saúl, seguían escondiéndose en montañas, en desiertos; David aún no asumía como rey de Israel, más bien era un fugitivo. ¿Qué fue lo que cambió? Fue la actitud para enfrentar las circunstancias y la realidad temporal. Seguían con deudas, pero ya no tenían actitud de endeudados; seguían con problemas, pero ya no estaban ansiosos ni afligidos; seguían viviendo la gente que no los quería, que los rechazaba, que los insultaba, que se burlaba de ellos, pero ya no les amargaba la vida.

El cambio de actitud fue lo que los preparó para el tiempo de refrigerio que vendría después. Las circunstancias no van a ser siempre las mismas, en algún momento se volverán favorables, pero si se continúa con la misma actitud de afligido, endeudado y amargado, ni siquiera se darán cuenta cuando cambió la circunstancia, cuando se hizo favorable, y la oportunidad se habrá ido.

Dios está buscando hombres y mujeres que tengan el valor de ir a la batalla, pero no les enviará solos, Él ira con ellos; y no os enviará si prepararlos, Él les dará lo que necesitan para vencer al enemigo.  HOY LO QUE NECESITAS ES SANIDAD PARA TU ALMA, para que cambies tu actitud y sepas aprovechar las oportunidades. ¿La aprovecharás?

Recuerda: SI NO DEJAS QUE TU DAVID, JESÚS, TE SANE ENLA CUEVA DE ADULAM, NO SERÁS UN VALIENTE, SERÁS UN COBARDE, UN FRACASADO, UN PERDEDOR.

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