HIJOS DE LA PROMESA

Maestro Kenneth Anleu
Iglesia Cristiana Genesaret
Domingo 18-10-09

Romanos 9:6 – 8
6 Pero no es que la palabra de Dios haya fallado. Porque no todos los descendientes de Israel son Israel; 7 ni son todos hijos por ser descendientes de Abraham, sino que POR ISAAC SERA LLAMADA TU DESCENDENCIA. 8 Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes.

INTRODUCCIÓN

Cuando nosotros venimos a Cristo dice La Palabra en Juan 1:11 - 13 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, 13 que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios”.

Esta declaración ha hecho pensar a muchas personas, e incluso a servido para adoctrinar, que el ser hijo de Dios es automático en el momento de haber recibido a Cristo como Señor y Salvador; sin embargo si se pone atención a La Escritura se verá que al recibir a Cristo se nos da un derecho para llegar a ser hijo de Dios, es decir no es un pase automático, es optativo, un derecho lo puedo ejercer o reclamar o simplemente renunciar a ese derecho. En otras palabras hay una oportunidad que hay que aprovechar, y obviamente, no desperdiciarla. Para poner un ejemplo alguien que ha heredado fortunas, bienes y otros enseres, puede disponer de ellos hasta cumplir su mayoría de edad, mientras tanto otro los maneja por él, aunque ya tiene el derecho, lo podrá ejercer al alcanzar su mayoría de edad.

Siendo entonces el llegar a ser hijos de Dios un derecho a ejercer, ¿Quiénes son los que han llegarán a ser hijos de Dios?

I. EL VERDADERO ISRAEL.

Romanos 9:6 – 8 Pablo nos da la primera clave: no todos los que descienden de Israel son en realidad Israel; entonces, ¿Quiénes son los del verdadero Israel? Gálatas 6:15 – 16 nos ayuda a aclarar la aseveración de Pablo:

Gálatas 6:15 – 16
15 Porque ni la circuncisión es nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. 16 Y a los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea sobre ellos y sobre el Israel de Dios.

Gálatas nos aclara que para Dios la circuncisión no es nada, es decir la antigua señal de pertenecer a Israel, no garantiza nada, sino la garantía es ser de la nueva creación; y nos aclara aún más: que hay un Israel de Dios representado por la nueva creación, y otro Israel que no es de Dios entre los cuáles están los circuncisos (judíos) y los incircuncisos (gentiles).


II. LOS VERDADEROS HIJOS DE DIOS

La segunda clave la encontramos en el mismo texto inicial de Romanos 9:6 – 8, en donde nos dice que los hijos de Dios no son los hijos de la carne, sino los hijos de la promesa. ¿Quiénes son esos hijos de la promesa?

Gálatas 4:23 – 31
23 Pero el hijo de la sierva nació según la carne, y el hijo de la libre por medio de la promesa. 24 Esto contiene una alegoría, pues estas mujeres son dos pactos; uno procede del monte Sinaí que engendra hijos para ser esclavos; éste es Agar. 25 Ahora bien, Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, porque ella está en esclavitud con sus hijos. 26 Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésta es nuestra madre. 27 Porque escrito está: REGOCIJATE, OH ESTERIL, LA QUE NO CONCIBES; PRORRUMPE Y CLAMA, TU QUE NO TIENES DOLORES DE PARTO, PORQUE MAS SON LOS HIJOS DE LA DESOLADA, QUE DE LA QUE TIENE MARIDO. 28 Y vosotros, hermanos, como Isaac, sois hijos de la promesa. 29 Pero así como entonces el que nació según la carne persiguió al que nació según el Espíritu, así también sucede ahora. 30 Pero, ¿qué dice la Escritura? ECHA FUERA A LA SIERVA Y A SU HIJO, PUES EL HIJO DE LA SIERVA NO SERA HEREDERO CON EL HIJO DE LA LIBRE. 31 Así que, hermanos, no somos hijos de la sierva, sino de la libre.


En la exégesis del libro de Génesis realizada por Pablo, éste nos hace una comparación entre Agar y Sarah, e Ismael e Isaac, la cual tiene una aplicación preciosa a la vida del cristiano para que examinándose a sí mismo vea si está actuando como hijo de la promesa o no.

Romanos 8:28 – 29
28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. 29 Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos;

AGAR:
·Sierva
· Carne
· Engendra hijos para ser esclavos Jerusalén actual

SARAH:
·Libre
·Espíritu
·Engendra hijos para ser libres Jerusalén celestial

ISMAEL

-Hijo sin promesa
-Es esclavo
-Persigue al hijo nacido del Espíritu
-No heredero
-Imagen del carnalSin filiación a Dios

ISAAC

-Hijo de la promesa
-Es libre
-Heredero
-Imagen de CristoHijos de Dios, hermanos de Cristo


III. CARACTERÍSTICAS DE LOS HIJOS DE LA PROMESA

1. GUIADOS POR EL ESPÍRITU

Romanos 8:14
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.

Esta cita nos aclara completamente quienes son los hijos de Dios: los guiados por el Espíritu. En otras palabras, alguien puede haber aceptado a Cristo y tener derecho a ser hijo de Dios, pero si es guiado por la carne no se concreta el derecho de ser hijo de Dios ¿Por qué? Porque si se deja guiar por la carne se convierte en hijo de esclavitud, sin promesa, sin herencia, y por tanto sin filiación a Dios. Esta es la importancia de someterse a la voluntad del Espíritu, si soy guiado por el Espíritu soy hijo de Dios, si no, pierdo el derecho de llegar a ser hijo de Dios.

2. JUSTIFICADOS POR LA FE

Romanos 4:13 al 16
13 Porque la promesa a Abraham o a su descendencia de que él sería heredero del mundo, no fue hecha por medio de la ley, sino por medio de la justicia de la fe. 14 Porque si los que son de la ley son herederos, vana resulta la fe y anulada la promesa; 15 porque la ley produce ira, pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. 16 Por eso es por fe, para que esté de acuerdo con la gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda la posteridad, no sólo a los que son de la ley, sino también a los que son de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros

La sentencia es clara: la promesa no se alcanza por la ley, se alcanza por la fe que por gracia justifica.

3. REVESTIDOS DE CRISTO

Gálatas 3:25 – 29
25 Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo ayo, 26 pues todos sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús. 27 Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo, de Cristo os habéis revestido. 28 No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús. 29 Y si sois de Cristo, entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa.

Los verdaderos hijos de Dios, hijos de la promesa, ya no están revestidos de sus propias obras, ni mucho menos por obras de inmundicia, sino revestidos de Cristo, que le brinda redención, justificación, santificación, glorificación, y un futuro celestial; asegurándonos que si somos de Cristo también somos herederos de la promesa.


IV. LA PROMESA PARA LOS HIJOS

Hebreos 11:11 – 16
11 También por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir, aun pasada ya la edad propicia, pues consideró fiel al que lo había prometido. 12 Por lo cual también nació de uno (y éste casi muerto con respecto a esto) una descendencia COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO EN NUMERO, E INNUMERABLE COMO LA ARENA QUE ESTA A LA ORILLA DEL MAR. 13 Todos éstos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto y aceptado con gusto desde lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Porque los que dicen tales cosas, claramente dan a entender que buscan una patria propia. 15 Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver. 16 Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad.

Aquellos que estén decididos a ejercer su derecho de llegar a ser hijos de Dios, están consientes que para ello deben anhelar una patria diferente a la terrenal, si anhelan la patria celestial y hacen todo a su alcance para ir a esa patria celestial decidirán dejarse guiar por el Espíritu, se consagrarán, se santificarán, se regenerarán, harán todo para alcanzar la imagen de Cristo, y ser un hermano menor de Él, para alcanzar ser un hijo de Dios, de los cuáles Dios no se avergonzará de ser llamado Dios de ellos.


CARACTERÍSTICAS DE LOS HIJOS DE LA PROMESA

1. Son guiados por el Espíritu.
2. Tienen fe.
3. Aprovechan la gracia.
4. Están revestidos de Cristo.
5. Tienen libertad.
6. Están formando en ellos la imagen de Cristo.
7. Anhelan la patria celestial.